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El Ozono en el aire acondicionado

De todos es conocido que la respiración es un proceso de combustión lenta, que tiene lugar en el interior del organismo y que origina, como las combustiones ordinarias, la formación de anhídrido carbónico (CO2) y vapor de agua (H2O).

En los ambientes cerrados y habitados el aire se satura rápidamente de ácido carbónico, hasta el punto de que muchas veces se hace irrespirable; pero lo más perjudicial es la exhalación de sustancias orgánicas de diversa naturaleza, que pueden dar ocasión a malestares, incluso graves, en algunas de las personas presentes.

Es por tanto necesario, y de suma importancia extraer el aire viciado de un ambiente y sustituirlo por aire puro tomado del exterior.

En los locales de convivencia común, aún sin que en ellos existan dispositivos especiales de ventilación, se admite que a través de las rendijas de las ventanas y por las aperturas de éstas, de las mismas paredes y las puertas, que nunca cierran herméticamente, existe una renovación espontánea de 0,5 veces el volumen de los locales en cada hora. Por este motivo, en las viviendas construidas según los reglamentos urbanos, se puede conseguir una permanencia agradable sin necesidad de adoptar la ventilación propiamente dicha, la cual es necesaria en cambio, cuando existen causas para un excesivo aumento de la temperatura o del grado higrométrico, o bien cuando el aire se corrompe y contamina por la presencia de muchas personas en relación con el espacio ocupado.

Cuando la renovación del aire puro y la extracción del viciado se efectúan mediante conductos construidos a propósito, la ventilación se denomina artificial, puede hacerse o bien por efecto de la diferencia de temperatura, por medio de chimeneas de tiro o por medios mecánicos. Este último sistema puede producirse por aspiración, por impulsión o por las dos al mismo tiempo.

ozono en aire acondicionado

El acondicionamiento de aire son instalaciones en las cuales se estabilizan y mantienen automáticamente en los locales las condiciones del aire en lo que se refiere a su temperatura, grado de humedad, pureza y velocidad, con absoluta independencia de las condiciones del aire exterior.

Durante el invierno, el aire se calienta y humidifica o deseca convenientemente mediante dispositivos adecuados, manteniéndolo en los niveles de calor y humedad deseados; durante el verano se procede a refrigerar el aire cuando sea necesario, bien mediante agua fría o con instalaciones frigoríficas.

Las instalaciones de acondicionamiento de aire en los locales, exigen un cálculo cuidadoso y detallado de calorías a producir en invierno y a eliminar en verano, así como la cantidad de aire a introducir y es grado de humedad a mantener.

Hablar de aire acondicionado, se puede decir que es confort o necesidad.

Confort, porque vamos a proporcionar una temperatura ideal y grado de humedad durante las cuatro estaciones del año, y a aportar el número de renovaciones de aire suficientes, para que este nunca llegue a enrarecerse por los agentes extraños que se producen en los locales, como son humos, alquitranes del tabaco, transpiración de las personas, etc.

¿Quién puede hacer una inversión en una instalación de aire acondicionado para lograr lo anteriormente mencionado? Casi nadie, y menos cuando se trata de grandes locales, como son oficinas, comercios, bares, cafeterías, salas de espectáculos, etc.

¿Por qué no se pueden hacer este tipo de instalaciones?

Porque acondicionar todo el volumen de m3 de aire, supondría tener que instalar por lo menos equipos de calor o frío, cuatro o cinco veces más potentes, y eso, hoy por hoy, creemos que en la mayoría de los casos es prácticamente imposible, por su costo.

Entonces, ¿qué se puede hacer?

Regenerar el aire de que disponemos, ya sea en recirculación o en aire de renovación mediante la incorporación de unos filtros adecuados que retengan gran parte de sustancias sólidos (polvo). Efectivamente este sistema mejora bastante el aire que aportamos.

Pero ¿qué sucede con otras sustancias que los filtros no pueden retener?

Estas siguen circulando en el ambiente y multiplicándose (bacterias, gérmenes, virus, etc.) de forma que poco a poco llega un momento que la atmósfera se hace irrespirable, y es ahí cuando se abren ventanas para poder aportar un poco de aire nuevo. Cuando esto sucede, naturalmente, si estamos en invierno baja la temperatura del local, o si es en verano, sucede lo contrario. En este momento, es cuando se piensa que la instalación del acondicionamiento de aire es insuficiente.

Estas siguen circulando en el ambiente y multiplicándose (bacterias, gérmenes, virus, etc.) de forma que poco a poco llega un momento que la atmósfera se hace irrespirable, y es ahí cuando se abren ventanas para poder aportar un poco de aire nuevo. Cuando esto sucede, naturalmente, si estamos en invierno baja la temperatura del local, o si es en verano, sucede lo contrario. En este momento, es cuando se piensa que la instalación del acondicionamiento de aire es insuficiente.

Ya ha sucedido que una instalación de acondicionamiento de aire o un aparato climatizador no se utiliza porque con el aire del exterior penetran olores desagradables en el local, e incluso gases perjudiciales para la salud. Estos es especialmente peligroso en las plantas interiores de edificaciones en calles de mucho tráfico.

No es precisamente que éstas sean insuficientes, sino que los costos no permiten hacer instalación de aire acondicionado en mejores condiciones.

Lo que se puede hacer el mejorar las instalaciones actuales.

¿Cómo?

Aportando oxígeno en el aire empobrecido de éste, y que se va extinguiendo en su misión oxidante.

La forma es más económica porque se produce mediante una transformación de la electricidad de 125/220 V a 2.500 V. y baja intensidad, obteniendo un consumo despreciable, y siendo el mismo procedimiento que el de la chispa eléctrica de las tormentas, productoras del ozono por procedimientos naturales.

La producción de ozono por procedimientos artificiales, se efectúa por medio de generadores de ozono u ozonizadores, que mediante la regulación de éste, se puede dosificar el necesario, según el tipo de ambiente, que esté más o menos enrarecido.

Las normas internacionales de concentración de ozono en el aire, para mantener una atmósfera en perfectas condiciones higiénicas, son las de tener un residual de ozono de 0,2 mg/m3 o de 0,1 p.p.m./v.