Un gesto tan sencillo y cotidiano como beberse un vaso de agua no siempre está al alcance de las personas y desgraciadamente, un porcentaje muy elevado de la población no puede disponer de un agua de la suficiente calidad para su consumo y las tareas diarias más básicas. Sirva de ejemplo el de un niño de Kenia que debe recorrer al día 5 km para hacerse con un cubo de agua que deberá racionar para todo el día.

Desgraciadamente el agua no es un recurso tan habitual como pensamos, de hecho solo un 0,0025% del agua del planeta es apta para el consumo humano y a la vez accesible para nosotros. Los recursos se agotan, y no es necesario irnos lejos de nuestro país para comprobarlo. Año a año aumentan considerablemente los consumos de agua en proporción al agotamiento y contaminación de los acuíferos. Para ello, muchas veces deben tomarse medidas que implican graves consecuencias medioambientales como el trasvase del Ebro o la instalación de plantas desalinizadoras para obtener agua de consumo a partir de agua de mar.

Nuestra empresa nace con el objetivo de optimizar de una forma racional estos recursos hídricos de los que disponemos y adecuarlos para las tareas cotidianas del ser humano y su uso en el ámbito industrial que normalmente conlleva grandes consumos a la vez que se generan efluentes muy contaminantes que deben ser correctamente tratados.

Pero de todos los usos que podemos darle al agua hay uno que está por encima de todos, el agua para consumo. Las tres cuartas partes de nuestro cuerpo están formadas por agua, y a pesar de que una persona puede sobrevivir más de tres semanas sin comer, no conseguirá hacerlo más de nueve días sin beber. Además, un agua de una adecuada calidad, como la que nos acabamos de beber, nos aporta las sales minerales necesarias para sobrevivir. Desgraciadamente, el agua también es uno de los principales vectores de transmisión de enfermedades y que en la actualidad causan la muerte a millones de personas. En España, el RD 140 del año 2003, obliga a un tratamiento de adecuación y desinfección de las aguas de consumo humano. Desgraciadamente, la implantación en la totalidad de los núcleos de población es lenta y son comunes los brotes de gastroenteritis debidos a una mala calidad del agua.

Y aunque el uso más importante del agua, es para su consumo humano, no debemos olvidarnos de su uso en la industria. Formando parte del proceso, como refrigerante, para formar vapor de agua, como regulador de la temperatura, como disolvente universal. El caso es que cada año se consume una cantidad enorme de toneladas de agua que desgraciadamente en muchos casos no son devueltas al ecosistema con la calidad inicial provocando desastres medioambientales, un agotamiento continuado de los recursos hídricos y un empeoramiento progresivo de la calidad de las aguas fluviales que afecta directamente a un grave desequilibrio en el ecosistema.

Son necesarias dos medidas importantísimas con las que Hidritec trabaja. En primer lugar, el ahorro y reutilización del agua en la industria. Y en segundo lugar, el tratamiento y la adecuación de estos vertidos. Es decir, disminuir consumos, minimizar residuos y finalmente, eliminar este residuo.

No podemos olvidarnos también del uso de agua para fines recreativos. Estamos hablando de piscinas, balnearios y spas. El uso del cloro y agentes químicos obligan a un alto grado de renovación del agua lo que provoca unos consumos de agua elevadísimos.

Por otra parte, un tratamiento incorrecto de la piscina puede generar problemas en los bañistas, enfermedades infecciosas, escozores, picores, asma etc. Hidritec trabaja con tratamientos alternativos a la cloración tradicional que permiten por un lado reducir drásticamente el consumo de agua y por otro aumentar enormemente la calidad de la misma, tanto su transparencia y claridad, como su esterilización eliminando también sabores y olores a cloro y permitiendo, por tanto, un baño mucho más agradable.

Finalmente, aquí vemos algún ejemplo de la tecnología que Hidritec utiliza para los casos que anteriormente hemos mencionado:

El ozono es un oxidante muy potente, con una velocidad de desinfección 3000 veces superior al cloro y que posteriormente se transforma en oxígeno con lo que no producimos ningún residuo.

Mediante la ósmosis inversa y la filtración con membranas en general, somos capaces de separar de una forma selectiva contaminantes importantes que puedan estar presentes en el agua, reutilizar un agua residual de calidad muy pobre y generando agua ultra pura a partir de cualquier calidad de agua por deficiente que sea.

Con el uso de una electrólisis salina generamos una corriente de cloro in situ exenta de todos los compuestos químicos utilizados habitualmente como agentes estabilizantes, a partir de un baño ligeramente salado y electricidad evitando el gasto y la manipulación, siempre peligrosa, de cloro en garrafas.

La radiación ultravioleta a una longitud de onda adecuada nos permite una completa esterilización del agua destruyendo cualquier tipo de agente patógeno que pudiese contener.

Mediante analizadores fotométricos somos capaces de monitorizar en continuo y con exactitud la dosificación de cloro permitiendo ajustar su nivel fielmente a un valor de consigna, pudiendo incluso controlar la operación de una forma remota vía móvil.

Todas estas tecnologías las aplicamos haciendo uso de nuestros principios básicos: Calidad y Respeto por el medioambiente.